UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Mañana empiezo a trabajar en una farmacia. Es una nueva oportunidad para mí de descubrir si encajo en este puesto, si por fin puedo solucionar aunque sea sólo la parte laboral de mi vida. Haré horario de tardes, de 15 a 22 horas de lunes a viernes y los sábados de 9 a 14 horas. Estoy confusa, por una parte ilusionada por haber encontrado un trabajo que no tiene nada que ver con lo que he venido haciendo hasta ahora, nada que ver con el turismo del que estoy muy cansada, por otra parte tengo miedo de no encajar, de que me vuelva a pasar como en el otro trabajo que no podía soportarlo. Sé que no tiene por qué pasarme lo mismo, pero el miedo está ahí, acechante, esperando que la historia se repita para hundirme de nuevo. Creo que al menos será positivo salir de casa cada día y relacionarme con gente nueva, nuevos compañeros, nueva jefa, nuevos clientes cada día. Esto evitará que me encierre en casa como vengo haciendo últimamente y que las paredes de mi casa se me echen encima. Esta nueva oportunidad es un regalo que espero no desperdiciar, tengo suerte de tenerla, de haber encontrado un nuevo trabajo en lo que yo quería tan pronto, así que le ruego a Dios que me de la energía suficiente como para cumplir adecuadamente con mi labor.

UN LUGAR EN EL MUNDO (2ª PARTE)

Ayer dejé mi trabajo. Esta mañana he ido por última vez a pasarle mis temas a una compañera. No podía soportarlo más, era superior a mis fuerzas, lo he intentado día tras día pero he llegado a mi límite y no podía continuar ni un día más allí. Lo irónico es que me siento culpable. Maldita culpa que siempre lo tiñe todo de su color negro. Culpable porque a mis 34 años estoy más perdida que nunca, sin trabajo, sin saber qué quiero hacer con mi vida, sin pareja, sin ganas de hacer nada, sin cuidar de mis amigos... sigo buscando un lugar en el mundo y sin embargo el mundo se muestra cada día más inhóspito conmigo. Me siento como una vulgar pieza de puzzle que no encaja en ningún hueco, deforme, defectuosa. Espero aclarar mi mente estos próximos días, necesito desesperadamente darle un sentido a mi vida o de lo contrario me veré de nuevo sin motivos para vivir, para seguir adelante, para continuar sufriendo un día tras otro, sin horizontes, sin futuro, sin ilusión, sin vivir. Necesito vivir porque hace años que estoy muerta y si no resucito pronto esto no tendrá remedio.

UN LUGAR EN EL MUNDO

Hoy es uno de esos días en que no encuentro mi lugar en el mundo. No sé dónde podría encajar. No me siento a gusto en ninguna parte y siento que haga lo que haga esto no va a cambiar. Supongo que la crisis es laboral. No me siento bien en mi trabajo y lo voy a dejar. No sólo voy a dejar el trabajo es que no tengo ni idea de qué voy a hacer después. Sé que soy buena en lo que hago, solo que no soporto lo que hago. Qué contradicción, no?No sé lo que me gustaría hacer en esta vida, o mejor dicho tengo un sueño sobre lo que me gustaría hacer en la vida, pero el camino para llegar es largo y pedregoso, resbaladizo y peligroso y sobretodo difícil, muy difícil. No hay fórmulas mágicas para conseguirlo y muchas posibilidades de fracaso. ¿Tendré el valor para intentarlo siquiera? Esta es la cuestión. La cobardía que muchas veces hace que venza el miedo al fracaso y no demos ninguna oportunidad al éxito. Intentaré luchar, de veras, lo intentaré con todas mis (escasas) fuerzas. Tal vez algún día os pueda decir que por fin encontré mi lugar en el mundo y que es maravilloso sentirse parte de algo.