sábado, 8 de marzo de 2008

EL VIAJE

El miércoles me marché a Granada a ver al que considero mi mejor amigo. He estado poco tiempo, tan sólo hasta el viernes, pero ha sido un bálsamo para mí. A pesar de la preocupación de haber dejado a mi perro en una residencia canina por primera vez en mi vida, he podido desconectar un poco, descansar mucho y recibir los mimitos de Juan, que era realmente lo que necesitaba. Para mí ha sido todo un reto coger dos aviones, dejar mi casa e irme a la otra punta de la Península y compartir unos días con más gente, sin estar encerrada en mí misma, pero estoy orgullosa de haberlo conseguido aunque a medias, ya que no he sido capaz de hacer muchas cosas que me hubiera gustado estar en condiciones de hacer, entre ellas conocer la ciudad o compartir una comida con toda la familia. Pero ya se sabe, gajes del oficio (en este caso de la ansiedad) no se puede tener todo en esta vida, tal vez en el próximo viaje las cosas vayan aún mejor e incluso (y rezo cada día por ello) tal vez ya esté curada y pueda disfrutar al máximo de la vida.

No hay comentarios: